domingo, 22 de julio de 2012

Fátima Buntix: un perfil




Fátima Buntinx ha perdido a su gato. Desapareció de pronto y ella lo busca por todos los rincones de su casa. Eso ha variado los planes: a esta hora de la mañana yo debería estar sentado con ella, haciéndole preguntas y anotando cosas. Habrá que esperar. «¡Momoooooo!», grita la niña mientras entra y sale de las habitaciones arrastrando sobre el piso sus sayonaras, unas sayonaras que llaman la atención por su color dorado. Fátima tiene diez años y el motivo de esta visita es su debut en el cine, un debut que la ha convertido en una minicelebridad en Lima, la engreída de los críticos y una de las principales atracciones de los festivales a los que ha asistido.

Es posible que el alboroto tenga que ver con el personaje que interpreta, un personaje fuera de lo común. En Las malas intenciones, Fátima Buntinx es Cayetana de los Heros, una niña enigmática e introvertida que tiene el sentido del humor de Merlina Adams —versión Christina Ricci— y la malicia de Ana Torrent en Cría cuervos —el filme de Carlos Saura donde la protagonista trata de envenenar a su tía con leche y unos polvitos—. Las malas intenciones está ambientada en Lima, en 1982, en pleno inicio de la guerra interna del Perú, con Sendero Luminoso manifestándose en forma de bombas, apagones y perros muertos colgados de postes de luz. En la película, la niña ha decidido morir el mismo día en que nazca su hermanito menor.También mata a un canario amarillo usando penicilina y dice cosas como: «Quieren un bebé nuevo ¿por qué? ¿Qué pasa con el viejo? ¿Ya no sirve porque tiene asma?». «¿Cómo sabes que estás embarazada? ¿Y si es un tumor?». «Mamá, tengo malas noticias: te vas a ir al infierno». Esta última línea, dicha por Fátima Buntinx frente a un espejo, dejó fascinada a Rosario García Montero, la directora y guionista: «Fue increíble, se veía muy fresca y se acordaba de todo, era como si de verdad acabara de pensarlo», me dijo hace unas semanas. Y sí, Fátima Buntinx ha sido muy convincente —ganó el Colibrí de Oro a la mejor actriz en el Festival de Marsella—, y por eso algunos se confunden al verla. Susana Torres, su madre, me lo advirtió por teléfono: «Los periodistas piensan que Fátima es Cayetana y esperan respuesta llenas de humor negro. Pero ella no es Cayetana, ¿okey?»

Más lectura y perfil completo vía Etiqueta Negra. 

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