sábado, 26 de septiembre de 2009

China, Borges y los laberintos

Posiblemente la China de Borges, la imagen de la legendaria nación en la mente del prodigioso literato, sea más valiosa por la sabia distancia con que contempla su dilema existencial. China para Borges podría ser la visión especular de Occidente, pero una perspectiva tan notable, que le presenta particularidades desconocidas, inauditas y fascinantes.
Occidente se maravilla de su propia condición reflejada en la pureza de ser de la esencia china. Lo que define a China es constituirse como un espacio amurallado, oculto, disimulado, en cuyo interior cualquier cosa puede suceder. De tal suerte que las sendas del laberinto que crece en torno a la idea de China en la mente occidental, son las diferentes perspectivas que se generan acerca de su inextricable naturaleza, sus crípticas honduras, el corazón secreto de su ser. Mucho se admira en el mundo a los acertijos chinos, esas artesanías preciosas y extremadamente lúdicas. Sin embargo, gracias a Borges podemos comprender, con el mismo azoro que caracteriza a los eternos extraviados en el Jardín de los Senderos que se Bifurcan, que China entera es un enigma, un acertijo un laberinto colosal en donde la realidad misma parece haber olvidado (voluntariamente) su nombre y sueña ahora, inventándose, nuevos, nueva, un instante tras otro... Más lectura vía Chinablog.

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