lunes, 20 de octubre de 2008

En octubre no hay milagros

De la amplia entrevista que apareció ayer domingo en La República extraigo estos pasajes vibrantes sobre la percepción de la obra narrativa de Oswaldo Reynoso. Ayer nomás dije que me autoexiliaba; comprenderán que no se puede, que estoy de vuelta al menos por este post, en este parque, esta vida, en la misma banca...

Recuerdo mucho que en un programa de televisión me dijeron que en mi libro yo empleaba muchas groserías, palabras ordinarias. Yo le dije que no, que yo no encontraba palabras groseras. El que me entrevistaba se molestó, cómo es posible que usted niegue una cosa tan evidente, pues allí tenía mi libro y que por respeto al público decía que no iba a leer. Yo le dije que depende de la concepción que usted tenga de lo que es una palabra grosera. Y me pidió que diga cuál era mi concepción. Le dije, mire usted, la palabra justicia en boca de un juez que no hace justicia y que recibe coimas, es grosera. La palabra Dios en boca de un sacerdote que no lleva una vida correcta, esa palabra se convierte en grosería en sus labios. La palabra patria en boca de un militar traidor, es una tremenda grosería. Pero cuando a un muchacho de cualquier barrio pobre de Lima, alguien viene y le da un golpe y este voltea y le dice "qué te pasa concha tu madre", esa palabra es buena porque le sale desde el fondo de su alma. Es una palabra sincera. Me sacaron del aire.

... Me invitaron aun colegio porque los alumnos habían leído mis libros. Estaban el director, el subdirector. Los alumnos me hicieron preguntas muy interesantes. Un alumno pide la palabra y me dice, "mire, profesor, con todo respeto, en unos de sus libros hay un joven que se masturba en una plaza pública, ¿para usted la masturbación es buena o mala?" .El director lo miró con furia, la directora no sabía qué hacer. Hubo un silencio total… Entonces le dije: cuando yo tenía la edad de ustedes, decían que a quien se masturbaba le crecían vellos en las palmas de las manos. Toditos comenzaron a verse la palma de las manos… (risas), también decían que se volvían locos y también se decía que quien se masturbaba se iba al infierno… ¿ustedes creen en el infierno? Se escuchó un rotundo ¡no! Eso me lleva a la conclusión de que esta juventud ya no es cucufata. Ah, les expliqué sobre la masturbación y el director se fue. Tuve que terminar la conferencia y salí solo, con los aplausos de los alumnos...

3 comentarios:

  1. Hola Augusto, lástima que me perdí la entrevista que al parecer salió en La República,si puedes me la pasas.
    Lo que tienes seleccionado ya lo había dicho Oswaldo en sus muchas visitas a Chimbote.
    Yo hace un par de meses que releí En octubre no hay milagros y me sentí nuevamente un adolescente.
    La novela es un exámen sobre la crisis social del ser humano y la decadencia moral de una nación.
    La novela mantiene su vigencia y con Los inocentes han sido los puntos más altos de la narrativa de Reynoso.
    Lo que me parece es que después de Reynoso aparecieron autores jóvenes como Sergio Galarza que lo han copiado.Sería tema para una conversación.
    Un abrazo,
    literaverba.

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  2. reynoso. siempre tan directo. salud, salud, salud maestro
    giancarlo

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