viernes, 29 de febrero de 2008

Maestro Adolph *

Katya Adaui

Cuando tenía 14-15, José B. Adolph fue mi profesor de alemán en el instituto Goethe. Sus bigotes entraban antes que él al salón y muchas veces su cigarro también. Era enérgico, impaciente, pausado y divertido al explicar las conjunciones de los verbos en dativo y acusativo. Me asustó enterarme que era escritor. Descubrí en la biblioteca del instituto Mañana, las ratas y lo leía esperando las clases. Era un golpe de aire en la cara verlo llegar, arreglándose la chompa -yo escondía el libro- y me preguntaba cómo podían caber en él tantas palabras que calzaran.
Lamento que permanezca el libro y él ya no esté.
La foto es de Andina.

* Tomado de Casa de estrafalario.

Fuguet escribirá "autobiografía" de Andrés Caicedo

Novelista chileno declara para el Diario El Tiempo de Bogotá

El pasado domingo 24, salió una nota en EL TIEMPO de Bogotá, el decano de Colombia. Lo de Caiciedo va y ahora es público. Aquí el texto de Andrés Zambrano:

En el año 2000, Fuguet encontró en una librería peruana una copia de Ojo al cine, la recopilación de las críticas cinematográficas de Caicedo. La leyó y descubrió que 25 años antes había vivido en una ciudad colombiana alguien que era su alma gemela. Desde entonces, se convirtió en un apóstol de ese 'profeta' caleño del cine y la literatura. Este año, el autor de Las películas de mi vida y coautor de la aún polémica colección de cuentos Mc Ondo, tiene como gran proyecto escribir la autobiografía de Andrés Caicedo. Su idea es poner al escritor caleño en el sitio que se merece en la literatura latinoamericana.

Fuguet, que hace siete años fue, para la revista Time, uno de los 100 latinoamericanos del futuro, sabe lo que dice.


EL TIEMPO: ¿Cómo fue ese enamoramiento?
Alberto Fuguet: La primera vez que llegué a Colombia yo sentí que iba al país de Andrés Caicedo y no al Macondo de García Márquez (...) Caicedo estaba adelantado a su tiempo. Es el padre de Mc Ondo. Es más, en estos días un amigo crítico de Chile me dijo: 'Aún hoy estaría muy adelantado'. En América Latina todavía uno ve tipos aficionados al cine que están preocupados por el Festival de La Habana.

Una autobiografía de Caicedo escrita por usted, ¿cómo es eso?

Andrés tenía una compulsión de querer escribirlo todo. Hacía copias al carbón de su correspondencia y eso ya es muy raro. Mi papel va a ser como el de un productor musical, soy una especie George Martin (productor de los Beatles), con la responsabilidad de sacar lo mejor que tiene su obra. Estoy haciendo un documental por escrito.

¿Dijo que quería peluquear a Andrés Caicedo?

En Colombia esa es la imagen. Uno llega y casi que ve su imagen, el pelo largo,guapo, alto, un roquero, un James Dean eternamente joven, Pero si uno lo lee y no lo conoce se imagina que era alguien con el pelo corto, de anteojos, tartamudo, bastante nerd, que pasa todo el día en el cine y que no era muy bueno para bailar. Una de mis misiones es cortarle el pelo y afilarle la pluma.

¿A qué se refiere?

Que la gente se fije solo en sus textos y no en el mito. Uno siente que ¡Qué viva la música! es un libro muy colombiano y caleño. Por lo tanto no es una novela que pueda viajar tan fácilmente. Sí creo que su obra literaria pueda viajar después de un libro como este.

¿Su vida puede ser una película?

No, porque esa historia se ha contado mucho, es la del chico más o menos talentoso, con buena pinta, que muere antes de tiempo.Eso es parte de nuestra narrativa desde siempre. La obsesión con la juventud y la muerte viene desde Ícaro, pasando por Rimbaud, James Dean, Heath Ledger. Caicedo era alguien muy complejo, frágil y extremadamente necesitado de las artes, no era un Jim Morrison que quería vivir la vida al máximo.

¿Un autor para adolescentes?

Este libro no va a ser uno para el público adolescente, está dirigido a la gente que le interesa la literatura y quiere ingresar a los territorios del dolor y del abandono. Pero esa imagen es un poco culpa de él, porque murió a una edad en la que solo dejó libros de ese tipo. Era muy fan de Vargas Llosa y era porque él escribía sobre jovencitos.

¿Caicedo estaba consciente de su importancia?

Absolutamente, nadie escribe cartas tan personales con copias y las archiva.

LO DIJO:

En efecto, ya es oficial: hoy salió en La Tercera y yo lo confirmo, claro.
Hace ya unos meses llegué a un acuerdo con Norma y con la famila Caicedo para hacer un libro de Andrés. Barajé diversas ideas y la primera, claro, fue una biografía. Pero algo me ha enseñado que cuando se te ocurre una idea creativa es mejor desechar la primera q se te ocurre pues es la más obvia y cliché. Así, fue surgiendo la idea de dejarlo hablar solo. De procesar y editar, montar, su material escrito (todo lo que dejó inédito y cosas que están perdidas o disperdigadas por ahí) para así dejar contar su propia versión de los hechos, su vida fusionada con el cine, sus descensos a los infiernos, su apabullante fragilidad y su incisiva inteligencia.

Creo que el libro será importante, sorprendente, inmensamente triste y absolutamente valiente y despojado. Y estoy honrado, orgulloso, nervioso y sobregirado con el poder hacerlo.

Vengo llegando de Colombia donde tuve acceso a la colección Caicedo en la alucinante Biblioteca Luis Angel Aranda, en Bogotá; también estuve en Cali, la ciudad que Andrés tanto amo y odió. He vuelto con mucho material y sintiéndome muy cercano a este talento adelantado a su tiempo.

USTED DEBE SABER QUE...

Famoso en Colombia pero ignorado en Latinoamérica, Caicedo se opuso al realismo mágico como novelista y fue, además, un apasionado cinéfilo que se suicidó a los 25 años. Ahora es la obsesión del narrador chileno Alberto Fuguet, quien organiza sus papeles para dar forma a una singular autobiografía.

Transatlantic steamer

Lanzan libro de acercamiento a la poesía hispánica y norteamericana contemporánea

Javier Ágreda

El poeta y ensayista Miguel Ángel Zapata (Piura, 1955) es uno de los muchos críticos literarios peruanos que emigraron a EEUU a completar sus estudios y luego se quedaron trabajando en universidades de ese país. Actualmente ejerce la docencia en Hofstra University (Nueva York), institución en la que organizó, en abril de 2002, un simposio de poesía que reunió a destacados especialistas de Norteamérica y el mundo hispano. Las ponencias y materiales de trabajo de ese evento han sido publicados por Zapata en el libro Vapor transatlántico. Nuevos acercamientos a la poesía hispánica y norteamericanas contemporáneas (UNMSM, 2008).

Los ensayos aquí reunidos (una cuarta parte de ellos publicados en idioma inglés) ofrecen visiones de sectores específicos de la producción poética actual. Juan Carlos Ureña analiza en Voces de la diferencia la obra de cuatro representantes de la poesía hispanoamericana más reciente; el español Miguel Casado hace un trabajo similar con la poesía española, y el peruano José A. Mazotti aborda la poesía quechua en Bilingualism. Quechua poetry and Migratory Fragmentation in present-day Perú, un ensayo centrado en la obra poética de José María Arguedas. Por su parte, Zapata escribe sobre Dos poetas norteamericanos de hoy: Charles Simic y Billy Collins.

Más enfocados en ciertos temas son los ensayos de Benita Sampedro, Seeking refuge in the metropolis, una aproximación a los poetas africanos exiliados en España; Gwen Kirpatrick, The erasure of form and geography in latina american poetry; y Pepa Anastasio, Espacios urbanos en la poesía española contemporánea. Pero además de estos textos de evidente interés, en el libro hay también varias de esas ponencias "menores", infaltables en todo simposio, y que aquí están dedicadas a analizar la influencia de algún gran poeta (Vicente Huidobro, Octavio Paz, Gabriela Mistral) en sus compatriotas más jóvenes.

Vapor transatlántico concluye con una Muestra de poesía: más de 100 páginas dedicadas a una antología bilingüe (lamentablemente, un solo texto por autor) de poetas contemporáneos españoles, hispanoamericanos y norteamericanos. La delegación peruana está conformada por Belli, Cisneros, Corcuera, Goldenberg, López Degregori, Mazotti, Ortega, Santiváñez, Varela, Watanabe y el propio Zapata. Exceptuando a Mazotti, todos tienen más de 50 años y algunos más de 80, así es que lo menos que puede decirse es que no se trata de una muestra actualizada de la nuestra producción poética.

Nueva novela, joven promesa

Ángelo Prado

En los últimos años hemos podido apreciar un incremento de obras literarias cuya temática esta estrechamente ligada con la violencia política que asolo a nuestro país durante la década de los ochenta y noventa, siendo los principales ejemplos “ La hora azul” de Alonso Cueto y “Guerra a la luz de las velas” de Daniel Alarcón . Esta novela y libro de cuentos, respectivamente fueron ganadores de importantes premios internacionales. Personalmente, el libro de Alarcón me parece mejor construido y tiene una mejor habilidad para llegar al lector, a diferencia de la novela de Cueto que no llega conectarse totalmente con el lector (quizás por ser una historia dentro de otra historia).
Siguiendo esta línea de literatura relacionada con el terrorismo llega “Generación Cochebomba” de Martín Roldan Ruiz (1970), novela que funciona como testimonio de quienes les tocó la “suerte” de ser jóvenes en la década de los ochenta en nuestro país. El libro desde la tapa es una invitación a una reflexión y a la rebeldía: Se muestra un collage de imágenes en blanco y negro que funciona como resumen de la década. Tenemos una foto de Alan García con su sonrisa de campaña electoral, de Abimael Guzmán retratado con un libro en la mano, secundado por imágenes de carros destruidos (cochebombas).
En la parte inferior un cantante punk (la movida subterránea) con su peinado característico, a su costado un grupo de jóvenes en lo que parece ser el denominado “pogo”. Al centro una foto de una mancha de amigos con la moda ochentena de pantalón y casacas jeans, pelo largo los rostros relajados, sonrientes y despreocupados del futuro. Todo esto rematado por el titulo en letras rojas (rojo terrorista).
La utilización del color negro y rojo es bastante significativa: rojo es sentimiento revolucionario comunista, mientras que el negro es el color de otra revolución: la revolución subterránea (la movida subte), propagada por lo conciertos de punks, rock hard y géneros afines. Los jóvenes de esta movida poseían un desinterés total por la vida política y social, simplemente quería vivir el momento. Tomaban sus vidas como un carrera de autos, viviendo al límite. Dentro de las páginas se desarrolla la historia de un grupo de jóvenes, cada uno es un pequeño universo de problemas, anhelos y decepciones, pero todas son iguales en algo: Cada una de estas vidas ha sido tocada por el terrorismo.
El libro presenta al terrorismo ya no solo como un problema social y político sino como un fenómeno que también es íntimo, familiar. Un fenómeno que puede meterse en nuestra vida personal, amical y amorosa como veremos más adelante.
Pero no caigamos en el facilismo de enmarcar a esta novela como una novela solo de violencia política porque no lo es. Generación Cochebomba es también una novela de búsqueda personal. El personaje principal Adrián R (nótese el juego de palabras Adrián con Adán) anda en la búsqueda de lo que todos queremos encontrar : una razón para ser, nuestro lugar en este mundo. Des esta forma este personaje sigue la linea del cadete Alberto Fernández de La ciudad y los perros , personaje que busca su lugar en un ambiente hostil y salvaje: El Perú.
Es interesante, además el dialogo intertextual que tiene esta obra con Conversación en la Catedral en las primeras paginas. La visión de Adrián R de la ciudad de Lima es parecida a la de “Zavalita”. Veamos:
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En que momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre lo vehículos detenidos en los semáforos de Wilson voceando los diarios de la tarde y el hecha a andar, despacio, hacia La Colmena. Las manos en los bolsillos cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la plaza San Martín. Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿En cuál? Frente al hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vaya estar rabioso, fuera de aquí. El Perú jodido, piensa Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solucion”.

Aquí podemos apreciar la visión desesperanzada, resignada de Zavalita como si el Perú le asqueara. La observación de las calles denota que no hay ningún lugar que no este jodido que no este infectado (como una enfermedad de ahí lo significativo de la mención de la rabia).
Como menciona Yolanda Westphalen “… el Perú es la suma de individuos, pero de individuos jodidos como él”. Adrián R, por otra parte mira al Perú con odio. Es una mirada mas radical que denota el sentir de su época, la generación de los ochenta. De esta forma, en las primeras líneas podemos leer cosas como: “ Sí, por donde posaba los ojos estaba presente, como un ser vivo, como un peruano más. Calles de mierda, transito de mierda, gente de mierda, sociedad de mierda…¡País de mierda!”.
Quiero hacer hincapié en la parte de “…como un ser vivo, como un peruano más” y su conexión con el articulo de Yolanda Westphalen. En las novelas de Vargas Llosa y Roldan Ruiz, podemos encontrar la idea del Perú como un individuo que alude a la noción de estar jodido, que se radicalizara en el personaje de Adrián R con su país y sociedad de mierda.
Este termino si vamos al diccionario en unas de sus acepciones define a la palabra con el excremento, es decir, aquello que ya no puede ser utilizado para para crear algo. Es el desecho. Pero es necesario hacerse la pregunta, ¿este desecho, el Perú de mierda, para que no sirve? La respuesta cae por su propio peso: Para formar una Nación. La novela nos muestra la problemática de una conciencia nacional y para esto toma como marco una guerra interna que es producto de esta falta de cohesión nacional. Esta guerra, producida por el extremo centralismo y el abandono de las demás regiones de país, en especial, la sierra y la selva. Además no se puede olvidar la estructura feudal de la sociedad peruana marcada por un sesgo racial, donde unos son señores y otros sirvientes aun cuando todos somos considerados ciudadanos, por lo menos en el papel.

Adrian R y compania
Siempre se dice que los jóvenes son herederos de la sociedad. Son ellos lo que mejoraran la sociedad que sus padres les legaron, sin embargo ¿qué pasa cuando esos padres se vieron sumergidos como Zavalita en una decepción social y política?, ¿influenciarán en los herederos? Adrián R y su grupo de amigos funcionan como los herederos literarios de zavalita. En otras palabras, podemos decir que son causa y efecto. La ideología de zavalita causa la actitud de Adrián R y compañía.
Esta compañía de Adrián R esta conformado por tres amigos: Pocho Tebrinkla, Carlos Desperdicio y el Innombrable. La historia cada uno de estos jóvenes es relata en párrafos intercalados, una forma parecida a la de Mario Vargas Llosa, lo que induce al lector a jugar al rompecabezas. Solo al final cuando se tengan todos los pedacitos podremos tener el marco global de la novela. Veamos cada pedazo, cada historia de estos jóvenes.
Pocho Tebrinkla es resultado del abandono afectivo de sus padres. El problema clásico de los padres que no son capaces de comprender e interesarse por conocer a su hijo, agravado por el prejuicios que los mayores cultivan en los pequeños: “¿Cómo tu hincha de esos negros y cholos apestosos? Recuerda hijo tu eres blanco, tienes que ser de la U. Pero papá a mi gusta los colores de Alianza…”(69). El padre nunca se intereso por saber qué le gustaba al niño menos aun que sus creencias racistas podrían afectar al niño (denigra e insulta a todo lo que tiene que ver con Alianza Lima, o sea el niño, los gustos de este y hasta sus amigos). Como resultado Pocho entrara al mundo de las barras bravas, apadrinado por un amigo. Las drogas y el alcohol se convertirán en un estilo de vida.
Carlos Desperdicio, es producto de un matrimonio infeliz, su madre llama a su padre “monstruo”. Su padre ha engañado a su madre, quien termina volviendose una persona fea,(la conexión entre belleza y bienestar emocional es fundamental) en contraste como Carlos la recordada “blanca, alta, garbosa, llena de vida”. Por ultimo, Carlos Desperdicio mantendrá un relación homosexual.
El Innombrable es el intelectual del grupo. En realidad un intelectual de la contracultura , ateo, lector de Sartre, H.P. Lovecraft (autor de influencia gótica, ateo hasta su muerte). Conforme pasamos las páginas nos damos cuenta de su critica a la supuesta solidaridad y a nula preocupación que le da al prójimo. Lo curioso es su verdadero nombre, revelado solo al final de la novela: Un nombre que es todo lo contrario a lo que es Innombrable. La verdad negativa. Este personaje es un herejia en ese sentido.

Cada un de estos tendrá un historia personal, narrado en la segunda parte de libro denotado por el numero 4 (en alusión al numero de integrantes) en romano, con el terrorismo: el secuestro de sus padres, la experiencia de la toma del penal el Sexto, el testimonio de un amigo intimo enviado a la guerra, la atmósfera putrefacta que invadió Lima en la amanecida de los perros muertos, entre otros. Todos estos narrados con gran realismo y buen manejo del lenguaje debido en gran parte, a los estudios de periodismo que hizo el autor en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Mesa, dándole al lector la sensación de estar viviéndolo también (sobre todo para los que vivieron esa época).

Los otros actores
En el universo de Generación Cochebomba encontramos a otros personajes que también serán infectados del virus terrorista, algunos con consecuencias fatales. Jóvenes como Adrián R y sus amigos, mujeres que se enfrentan a la realidad de forma cruel y salvaje. Jóvenes comunistas que buscan reclutar más adeptos para su causa. Se torna así en una ciudad, la problemática de varias vertientes de pensamiento, de varios grupos sociales, grupos contraculturales (los subtes, punks, los anarcos, etc). Esto se ve reflejado en el capitulo VI de la segunda parte de la novela donde se inicia un conversatorio de voces de diferentes tipos de pensamiento, diferentes identidades que declaran su pensamiento con plena libertad. Son las nuevas identidades que han surgido, constetarias todas opositoras a un democracia que no funciona y que ha ocasionado una guerra interna. Alberto Flores Galindo decía que en el Perú existía dos republicas: la de blancos y la de indios. Aquí vemos varias mini republicas o mejor dicho antirepublicas, grupos que quieren alejarse de un orden político y social, simple y llanamente porque este les da asco.
Por otra parte también se presenta la nostalgia de los hombres adultos de lo que, para ellos fue un pasado mejor y promisorio. El padre de Adrián R trabaja como taxista (quizás la profesión más emblemática de los peruanos), y es una consecuencia de la vuelta a la democracia (pag 51-57). En efecto, este señor pertenece a ese grupo de trabajadores que pudieron acariciar el sueño de todo trabjador: ser dueños de las empresas (las comunidades industriales, el proyecto que desarrolló el gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas con el general Velasco a la cabeza). En una breve referencia histórica Roldan Ruiz nos recuerda como a la vuelta de la democracia con Belaunde Terry, se hizo quebrar un empresa por el simple hecho que era un empresa militar y que tenia como singularidad que los trabajadores eran accionistas.
La prosperidad económica y familiar que también es recordada por Adrián R. La sospecha de la falsedad de la democracia peruana esta detrás de las palabras del papá de Adrián R ¿Cómo en una democracia, el gobierno hace quebrar una empresa solamente por motivos políticos? , ¿es acaso ese, el libre mercado que tanto pregonan los demócratas? La frase con que termina el discurso del padre Adrián R es un resumen del sentir de una gran mayoría de peruanos: “Meses después convocaron a elecciones para la Asamblea Constituyente y volvimos a la democracia…y con ella, mi desgracia”.

Los terrucos y la historia de amor

La vida de los terroristas también es retratada en esta novela de un forma critica, sin tomar partido (de la misma forma que se critica la democracia). La novela se centra en la historia de dos terroristas, a quienes el autor llama él y ella(narrada en capítulos con otra numeración, como una forma de englobar a todos los varones y mujeres que se dieron su vida por la causa terroristas, muchos de ellos porque no encontraron respuestas a sus problemas existencias en su familia o en sus amigos. Ella será una mujer que dudará y abandonará la causa por no encontrarse completamente convencida. Mantendrá una relación con Adrian R, pero pronto retomara conciencia raíz de una experiencia cercana con la pobreza. De esa forma abandonará a Adrián R, y tomará un rol más protagónico en la lucha contra el Estado. Sin embargo querrá hacer parte de su causa a Adrián y lo llevara junto con Él , quien resultara ser su tio, hermano de su padre asesinado. Aunque la novela, no lo dice el autor da la sospecha de que estos terroristas, tienen una relación más alla del compañerismo. Para el protagonista de la novela esta será un choque muy fuerte y ahondara su desilusión por su vida mezclándose con la rabia por la muerte de su padre, quien solo es un número mas una estadística, un precio que se debe pagar por la revolución. La ira tocara a Adrián, pero evitara hacer más conflicto y se retirará. Quizás porque sabe que cualquier acción que tome no servirá de nada.
Los amigos de Adrián terminaran sus vidas de una forma trágica, como fue el destino de muchos jóvenes de la época. Un final desolador para una época desoladora.

Esta novela da mucho que pensar, veinte años después del inicio de la violencia política del país, es necesario preguntarnos que hemos aprendido. Para muchos este fue un conflicto que involucró cuestiones raciales. Era la guerra entre unos cholos rebeldes contra un Estado criollo y centralista. En un principio la guerra ocurrió lejos, pero después vino a la capital. Fue allí recién cuando tomamos la importancia al asunto, cuando paso a la ciudad ( la capital del poder), cuando no solo era un pleito con unos cholos o mestizos rebeldes, como pensaban muchos. En otras palabras cuando se convirtió en una amenaza real. Slavoc zizeck denomina el multiculturalismo como un racismo a la distancia: mientras el objeto victima de racismo, este lejos todo estará bien se le tolerará. Cuando se acerque ahí empezará el conflicto, es decir, cuando sea una amenaza. Podemos utilizar estas afirmaciones para entender esta novela y a la generación que retrata. El olvido de las regiones del pais, y sus habitantes. La generación de los ochentas, la generación cochebomba fue una cúspide de este conflicto multicultural, cuando las distintas identidades culturales chocan. Leemos y podemos también escuchar (la novela presenta un curioso soundtrack) las voces de protesta, ocasionadas por la intolerancia y discriminación de un país no sabe ser nación. Una generación que buscó en distintas vertientes contraculturales, la identidad que no le daba su Nación.

Lectura de Generación cochebomba

Tomado de Habitazión 18 Zine

Hace pocos días por fin pude terminar de leer Generación Cochebomba, obra de Martín Roldan Ruíz que nos relata la historias de Adrian R. y sus compinches durante la difícil época de mitad de los 80´s : debo decir que no puedo dejar de mostrar mis felicitaciones a su autor y mis ansias de difundir este libro para que todos los post 2000 (entre los cuales me incluyo) puedan acercarse más a lo que fueron esos años incendiarios donde lo que hoy vivimos fue forjado y difuminado con expresiones contestatarias certeras que, si bien para muchos no les pareció de las mejores, fueron urgentes y sinceros actos de una generación desencantada, de un marco asolador, un marco que vivió el Perú en los 80 y que no debemos olvidar.

Ojo, no tomen mis palabras como si se estuviera tratando de un documento histórico, estamos tratando de una novela que conjuga de la mejor manera la rabia y la frustración de esos años, el terrorismo y la sociedad limeña en una simbiosis fatal.
Una historia que nos grafica la movida subterránea, narración que si bien por momentos abusa de la descripción desmedida de "la mierda" que era Lima, al hacerlo cala mucho más y nos hace comprender más la visión de Adrian, de su vida y sus aventuras.
Son las historias, propiamente dichas, "las conversaciones", las que más se destacan en la lectura, siendo estas contadas por sus protagonistas (muchas veces a modo de rompecabezas que solo se completan cuando termina la obra) sobre su pasado, tiempo que abocan mejores y frustrados momentos que ellos desarrollaron y que aún buscan una respuesta.

Y no solo son estas las que tienen el leit movit de la novela, la acción muy bien suministrada, e intercalada con los espacios dubitativos de los protagonistas, nos deja con ganas de más y más; recordamos por ejemplo el concierto en el Helden, el de Surquillo, la visita al barrio de El Gordo para comprar marihuana, la pelea con los metal, etc.
Las dudas de los actores también son bien tratados, desde los del círculo de Adrian hasta la de los que conforman la linea de Sendero (la discusión de los comités, donde se muestran a muchos personajes con diferentes formas de pensar e historias que contar, es simplemente genial).
Es bueno también ver la crítica ácida que se le hace a los dos frentes, a la sociedad limeña y a la lucha de sendero, sin tomar partido pero sí desnudando sus falencias y contradicciones, punto a favor que no lo convierte en un documento de "moral" sino un registro, recalcamos, de una sociedad en su cisma.

Algo que no me gustó fue su final, algo apresurado y corto a mi parecer, sin embargo sigue siendo chocante como la mayoría del libro. Una novela que hará remover muchas memorias y desahuevará a muchos de mi generación, algo preciso que ayudará a que tengamos un poco más de sentido de identidad al relacionarlos con la movida contracultural basada en el rock and roll, algo que en estos años de facilismo y sumisión nos hace falta.

jueves, 28 de febrero de 2008

Carta a Martin Rivas

¡Barrios Altos, La Cantuta, los desaparecidos de Santa exigen justicia!

Mi muy repulsivo señor: Concentra usted todas las
taras morales del Perú. Es usted una dosis homeopática
de lo peor de este país. ¿O deberé decir que es usted
un amasijo de yerros retorcidos?

No importa como lo nombre. Usted sabe qué linajes de
rata lo componen y cuánto se parece usted –por
espantoso– a las muertes que planeó y ­ejecutó.

Hasta ayer era usted un asesino por encargo, que no es
poco. Ahora aspira a ser absuelto negándolo todo.

Lo que sucede es que de tanto negar se ha negado usted
mismo y de tanto querer borrar huellas imborrables es
usted ahora una sombra sin historia y una piltrafa de
ectoplasma. Por eso he dudado en escribirle esta
carta. Porque ­ahora no sé si es usted el homicida
serial que en realidad es y será o si ha sido
convertido en un libreto de Nakasaki, una ocurrencia
idiota de Kenji, o la viruta que deja la amnesia
calculada de Fujimori, su maestro y guía.

Que usted quiera salvarse de la condena inexorable que
le espera negando que existiera el grupo Colina
–cuando hay veinte testimonios, un ascenso grupal, una
felicitación presidencial, una denuncia documentada y
primordial del general Robles, muertos y testigos,
fosas comunes y deudos– resulta, en todo caso,
explicable. Asesinos como usted suelen maridar el
sadismo y la cobardía. Sadismo a la hora de matar a un
niño de ocho años o a un periodista vendado en una
playa y cobardía a la hora de afrontar su
responsabilidad.

Usted, señor Martin Rivas, viene, aunque quizás no lo
sepa, de una larga tradición. Esa tradición es la de
la cobardía de fabricación nacional (también tenemos
cobardías importadas: Fujimori es un ­ejemplo). En ese
sentido es usted un hijo putativo de Mariano Ignacio
Prado, el presidente que se fugó en plena guerra con
Chile “a conseguir armas y buques en Europa” y que
nunca volvió. Esa rata ancestral de la historia
peruana es el tatatarabuelo de Fujimori, su jefe, y su
premonición personal, señor Rivas.

Dice usted que lo que le confesó a Jara era un ensayo.
Pero se ensaya para decir la verdad, para no perder el
hilo del relato, para no dejarse intimidar a la hora
de los loros. Así que ese ensayo general –sigo su
lógica roedora– era para que usted adquiriera el
temple suficiente a la hora que tuviese que dar su
testimonio ante la autoridad.

Como será usted de asesino que hasta la putrefacta
justicia militar de Fujimori, su jefe, lo condenó por
los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta (en ese
entonces no se conocía todo su pasado).

Y cómo será usted de cobarde que ahora dice que sólo
hacía análisis de inteligencia, que estaba detrás de
un escritorio haciendo tareas administrativas que no
sabe precisar, que jamás le disparó a nadie. Poco
faltó para que le dijeran “San Martincito”, mayor.

Pero lo peor de usted es que pretende hablar en nombre
del Ejército. Es cierto que el actual jefe del
Ejército es un festivo subdotado mental, pero eso no
lo autoriza, señor Rivas, para seguir ensuciando el
uniforme de Bolognesi y Ugarte. Ni ocultándose detrás
de mil uniformes –como ahora pretende– podrá usted
impedir que veamos qué montículo de basura alberga
usted en sus entrañas.

Por gente como usted es que el Perú estuvo a punto de
perder la guerra con Sendero. Cuando Guzmán soñaba con
“el equilibrio estratégico”, soñaba con gente como
usted y como Telmo Hurtado y como el comandante
“Camión”. Ustedes lograron que miles de peruanos que
hubieran podido defender la causa de la democracia se
plegaran a las filas del marxismo mutante de Guzmán.
Si hubiese sido por usted, Guzmán habría jaqueado al
Perú como hoy ni siquiera lo podemos ­imaginar.

No manche a las Fuerzas Armadas hablando en su nombre.
No hable usted de patria: la suya es el crimen y la
miseria moral. No hable usted del Perú: el Perú que
usted concibe es un escuadrón de la muerte haciendo de
las suyas ante civiles indefensos.

Y no crea que la gente se ha tragado su teatro. Lo
único que ha logrado usted es que el repudio hacia su
conducta haya adquirido la muy extraña dimensión de la
cuasi unanimidad. Porque ya sabíamos quién era. Pero
ignorábamos qué nuevos aportes podía hacer usted a su
prontuario de sangre y emboscadas.

Usted ha querido matar a sus difuntos. Con su fallida
burla ha vuelto a disparar en la nuca a los que mató
en Lima o en Chimbote. Y ha rociado de balas a sus
familiares, que esperaban una señal de que usted
seguía siendo humano. Sólo ha faltado su compinche
“Kerosene” para que la jornada del repase pueda ser
considerada completa.

Y no crea usted que Raffo es un buen consejero, Saravá
un estratega y Nakasaki el Perry Mason de los
Barracones. Mire nomás dónde está Fujimori.

Y tampoco crea que el diario “La Razón” lo salvará con
su “peso mediático”. Peso tenía cuando Faisal reinaba
y Bressani repartía.

Por último, tengo que decirle que estoy entre quienes
no se han sorprendido por su faena. Estaba casi seguro
de que usted haría lo que hizo. Y no porque yo sea muy
perspicaz sino porque tengo algunos estudios al
respecto. Lo que quiero decirle es que, desde el 5 de
abril de 1992, modestamente, me especialicé en
estudiar a ratas como usted.

Con la debida distancia dictada por la salubridad, se
despide

César Hildebrant

Posdata: Yo escribí sobre el perro de los Aguá y me
contestó Aldo Mariátegui. ¡Maravilloso! ¡Pavlov fue un
genio! Y en relación a los Aguá, Aldito, no vuelvas a
ser bruto: hay un ­País Vasco-Francés en el que el
eusquera languidece y el afrancesamiento de
patronímicos y topónimos se ha impuesto. Dile a
Laurita, tu socia en ADN, que te lo explique. O dile a
“Suez Energy” (¿o era, dado tu lenguaje, “Soez
Energy?) que te regale otro viaje, esta vez a la vieja
Aquitania. Y te cuento, para terror no sólo de los
Aguá sino del amo mayor, o sea el papá de Federico
Danton: ¡las conversaciones con el 11 no se han
truncado todavía! Uyuyuy. Y sin picarse, ¿eh? A ti no
te puedo decir, como haces gentilmente tú conmigo, que
no contestes burradas.

¡Recitales de poesía en el Bar Chissita!

Este 15 de marzo se inaugura descentralizador ciclo de lecturas de poesía en tradicional bebedero de la ciudad

Para este 15 de marzo a las 4 de la tarde está prevista la inauguración del ciclo de recitales de poesía en el Bar Chissita del jirón Espinar. El evento cultural, organizado por Río Santa Editores, cuenta con el amplio respaldo de poetas y trabajadores culturales de Chimbote, quienes a través de sus lecturas dejarán constancia de su mundo interior y su posición ante la literatura y la vida.
Como se recuerda, el 5 de febrero pasado el Bar Chissita fue escenario de la concurrida conferencia de prensa donde se dieron detalles de la sonada presentación del libro de narrativa erótica “La santa cede”. En la cita, se dejó en claro el trabajo de descentralización cultural que realizarían los autores del libro: Jaime Guzmán Aranda y Augusto Rubio Acosta. En ese sentido, los recitales que se inauguran esta quincena forman parte de un trabajo más amplio en torno a lecturas en espacios hasta ahora considerados insólitos en materia de difusión cultural.

Fórmulas y desafíos de un joven editor

Entrevista a Ricardo Ayllón, a propósito de su novísimo sello editorial

Para conocer cómo nace y a qué problemas se enfrenta un joven editor en nuestro país, hace unos días el portal bibliográfico más importante del Perú, “Libros Peruanos”, conversó con Ricardo Ayllón, director de Ornitorrinco Editores. El siguiente es un extracto de la extensa conversación que puede leerse íntegramente en la siguiente dirección: www.librosperuanos.com.

Virginia Vílchez

¿Cuándo surge Ornitorrinco Editores?
Formalmente, en mayo del 2007. Me di cuenta de que en provincias había escritores interesados en editar, pero con una persona confiable y con la que pudieran tener contacto personal y permanente; alguien que estuviera cerca de ellos en todo momento y los asesore en la difusión y comercialización de sus libros. Porque muchos de estos autores habían tratado con algunas editoriales de Lima, pero sentían que hallaban dificultades en cuanto a llegar a los espacios capitalinos. Yo provengo de Ancash y conozco a mucha gente que escribe y quiere editar. Parte de esta gente confió en Ornitorrinco y nos dio sus trabajos.
¿Cuáles son los problemas que enfrenta un editor?
El principal problema es la comercialización. Las librerías no garantizan una venta masiva. Sin embargo, creo que actualmente hay una suerte de reflote editorial, han aparecido varios sellos con propuestas nuevas e interesantes, por lo cual el de la edición es un terreno joven. En el Perú no existe, por ejemplo, la figura del agente literario. Estamos aprendiendo en el camino.
Por otro lado, muchas editoriales no se rigen por estrictas condiciones de edición, como el reconocer derechos de autor y regalías, o publican antologías literarias sin la debida autorización de los autores. Ornitorrinco está intentando trabajar del modo correcto, pero todavía no lo consigue. Hemos iniciado con la denominada “gestión editorial”, que consiste en que el propio autor financie su edición y nosotros lo ayudamos con el resto: la difusión, comercialización, publicidad, etc., obviamente el autor tendrá una ganancia del cien por ciento en las ventas.
¿Cómo realizan la comercialización de los libros?
En el caso de nuestro sello, el escritor ya tiene pensado de qué manera va a comercializar su obra, ha hecho contactos previos con colegios, amistades o grandes instituciones. Solo así decide publicar. Nuestro trabajo es organizar la presentación y difusión de su libro llevándolo a encuentros de escritores, ferias de libros y actividades afines que últimamente se han vuelto masivos en todo el Perú. De esa manera se comercializan, pero sobre todo se difunden, que es lo que en principio desean los escritores; me refiero principalmente a los jóvenes que son los autores a quienes estamos publicando.
¿Ornitorrinco edita el libro y le entrega el total de la edición al autor?
Sí, y como te decía, conjuntamente buscamos una fórmula de comercialización, aunque en la mayoría de casos el autor logra vender el libro por su cuenta. Por ejemplo el año pasado coeditamos con Papel de Viento de Trujillo y Katequil de Cajamarca un librito infantil de Bethoven Medina (Cerrito del amanecer). El autor lo financió porque tenía parte de la venta asegurada. Algo similar ocurrió con el primer libro del joven narrador huaracino Eber Zorrilla Lizardo, quien publicaba por primera vez; lo mismo con Edgar Norabuena, de 30 años de edad, quien se ha convertido en uno de los escritores ancashinos más premiados de los últimos tiempos.
¿Hay algún criterio de evaluación de la calidad de la obra, previa a la decisión de editar un libro?
Por supuesto. No publicamos todo lo que nos llega. Nos remiten a veces trabajos malos, con muchos errores ortográficos y gramaticales. Conozco a gente que piensa que, por tener dinero, puede publicar a pesar de no tener talento. Hemos rechazado esos trabajos. Por otro lado, están los que muestran un gran potencial creativo pero que no manejan bien la gramática. A estos los asesoramos para que mejoren el libro. Estas ediciones obviamente tardan en culminarse, pero gracias a ello el escritor sale beneficiado.
¿Y se vive del trabajo editorial?
No, no. Yo intento vivir de esto aún. Tengo que hacer trabajos paralelos, pero pienso que será hasta el día en que pueda mantenerme exclusivamente de la labor editorial.

Orlando Rodrìguez gana el Premio Alfaguara

Escritor cubano gana el premio por 'Chiquita', una autobiografía novelada

El escritor Antonio Orlando Rodríguez (Ciego de Ávila, Cuba, 1956) ha recibido esta tarde el Premio Alfaguara de Novela 2008, dotado con 118.700 euros, por Chiquita, una autobiografía dictada en la vejez a un periodista que trata de cotejar verdad y exageración de cada peripecia.

La novela ganadora refleja el drama de una artista que no quiere resignarse a ser exhibida como un mero fenómeno de circo ya que mide sólo 26 pulgadas. Es una novela de aventuras y acción y un recorrido por la historia de Cuba.

"Cenda era una mujer independiente e hizo lo que realmente quería (en 1896, la bailarina cubana Espiridiona Cenda, que en realidad midió 71 centímetros, desembarcó en EE UU y fue apodada como la muñeca viviente), es una caso real al que he añadido mi fantasía para recrear una historia fascinante", ha explicado Orlando tras conocer el dictamen del jurado

Para el jurado, Chiquita "es una novela a la vez elegante y llena de vida, con una notable gracia narrativa y una imaginación sin descanso".

Escepticismo, felicidad y esperanza

Desde su residencia de Miami (Estados Unidos), donde vive hace 8 años, Orlando ha hecho pública su distancia sobre este tipo de galardones. "Soy escéptico por naturaleza, no me gustan los premios", ha matizado, "pero mi agente literario me obligó a presentarme y la verdad es que se lo agradezco porque ha sido maravilloso. Estoy feliz".

Aunque para el escritor cubano existe una realidad que, en estos momentos, supera en importancia a todas las demás, premio incluido: el futuro inmediato su país. "No pierdo la ilusión ni he perdido la esperanza de que se produzca una verdadera transformación", ha explicado, "los cambios tan anhelados no pueden ser sólo económicos; lo que necesitamos es una auténtica transformación en el respeto de los derechos humanos, en la libertad de expresión, de viajar y, en definitiva, una transformación política".

Autor de literatura infantil

Orlando estudió Periodismo en la Universidad de La Habana y ha trabajado en proyectos de televisión, lectura y literatura infantil en Cuba, Costa Rica y Colombia. La carrera del nuevo Premio Alfaguara de Novela ha destacado en la literatura infantil.

Entre sus libros para niños sobresalen Cuando La Habana era chiquita, El Sueño, Concierto para escalera y orquesta, Yo, Mónica y el Monstruo, Mi bicicleta es un hada y otros secretos por el estilo y Un elefante en la cristalería.

Orlando ha publicado diferentes obras en el campo de la investigación de la literatura infantil como Panorama histórico de la literatura infantil en América Latina y el Caribe (1994), Literatura infantil de América Latina (1993) o Antología de la narrativa infantil cubana (1996).

El jurado de la XI Edición del Premio Alfaguara de Novela ha estado presidido por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, uno de los autores de mayor prestigio en el ámbito literario latinoamericano. El premio está dotado con 175.000 dólares, cerca de 118.700 euros, y una escultura de Martín Chirino.

El acto de entrega de este galardón se ha celebrado en un almuerzo en la sede de la editorial Santillana en Madrid. Al certamen literario se habían presentado 511 manuscritos inéditos escritos en castellano. 120 procedían de España, 102 de México, Argentina con 73, seguidas por Colombia, Chile, Estados Unidos y Ecuador.

El Premio Alfaguara de Novela se considera un referente de los galardones literarios de calidad otorgados a una obra inédita escrita en castellano. Su vocación y proyección en todo el ámbito del castellano en el mundo ha propiciado una amplia difusión internacional, apoyada por la edición simultánea de las obras ganadoras en España y Latinoamérica.

En la edición de 2007, Luis Leante fue el ganador con su obra Mira si yo te querré con un jurado presidido por Mario Vargas Llosa. Eliseo Alberto, Sergio Ramírez, Manuel Vicent, Clara Sánchez, Elena Poniatowska, Tomás Eloy Martínez o Santiago Roncagliolo han sido otros de los merecedores de este premio.

jueves, 21 de febrero de 2008

Adolph, se ha ido Adolph...

Adolph, escritor peruano-alemán de 74 años natural de Stuttgart, murió la madrugada de hoy jueves 21 de febrero a causa de un derrame cerebral. Quienes ahora leen una entrevista publicada en 2004 en la revista "El Hablador" realizada por Giancarlo Stagnaro se encuentran ante una especie de presagio. Durante ese encuentro, Adolph alude a la muerte como "esa gran broma de humor de negro" que "a la edad de ustedes no se siente. Esperen a tener más de sesenta años".
Conocì personalmente a Pepe Adolph durante el Encuentro de Autores de Ciberayllu, en la Casa de Mariàtegui, en 2003. Esa noche hablamos màs o enos largo sobre algunos de los viejos libros que este blogger habìa leìdo en la Biblioteca Municipal de Chimbote. Cada dos jueves nos habìamos habituado a recibir su columna en Caretas,pero hoy no llegò su columna ni sus divertidas bromas ni sus arranques ante los periodistas que alguna vez tuvieon la suerte de entrevistarlo.
Pepe Adolph vivió en el Perú desde 1938, era periodista de profesión y un literato que aseguraba que un escritor no debía tomarse demasiado en serio porque "todo cambia, todo se mueve".

BIBLIOGRAFIA

Cuentos:
El retorno de Aladino (Lima, 1968), Hasta que la muerte (Lima, 1971), Invisible para las fieras (Lima, 1972), Cuentos del relojero abominable (Lima, 1973), Mañana fuimos felices (Lima, 1974), La batalla del café (Lima, 1984), Un dulce horror (Lima, 1989), Diario del sótano (Lima, 1996).

Novelas:
La ronda de los generales (Lima, 1973), Mañana, las ratas (Lima, 1984), Dora (Lima, 1989). Trilogía novelística en un volumen: De mujeres y heridas. Contiene: Ningún Dios, Especulaciones sobre otro Barco y La Profunda Maldad del Universo. (Lima, 2000). La Verdad sobre Dios y JBA (Lima, 2001).

Descansa en paz Adolph, adiós maestro, hasta siempre amigo.

Borges, Borges...

Esta página de Borges con una pareja bailando tango no es parte de los manuscritos robados, pero la pongo para que conozcan su letra. Por si a alguien le ofrecen en La Cachina un documento un tanto sospechoso.
Dos manuscritos de Borges --nada menos que los de "Pierre Menard, autor del Qujote" y "La biblioteca de Babel"-- han desaparecido de la librería Lame Duck Books, en Cambridge (Mass.). Su catálogo on-line todavía ofrece ambos manuscritos, el primero a US$ 450 000, y el segundo a $500 000, pero supongo que pronto serán retirados. Solo puedo decir que alguien se me adelantó.
Felizmente, todavía está en esa librería el manuscrito de "El jardín de senderos que se bifurcan", a US$ 450 000.

En los tiempos del cólera

Vídeo pirata de por medio, la semana que pasó asistimos al “estreno” de un film de un director que se propuso desde un inicio destruir – y no sentir palmo a palmo- el texto genial y original de un García Márquez que desde el día en que aceptó que su novela fuera llevada a Hollywood debió comprender lo que se venía. El film carece de la transformación psicológica que sufren los personajes (que encima hablan en inglés), la narración es lineal, las partes donde crece la intriga no existen (los nudos se resuelven de un tirón) y lo que es peor la mayoría de personajes –exceptuando a un excepcional Barden, en el rol de Ariza- cumplen pésimas actuaciones y no convencen a nadie, hayan leído el libro o no. Apurados, sobre el cierre, dejamos nuestra breve y sincera impresión sobre el film: a nosotros sí que nos dio cólera.

Rajes del oficio

Poeta, narrador y periodista habla del reciente libro de Pedro Salinas y se refiere a la “colegiación”, la “mermelada”, la ética y otros cánceres de la comunicación social


Luis Eduardo García
Para quienes no lo conocen, Luis Eduardo García es poeta, narrador y periodista. Enseña Periodismo Literario y Fundamentos de Periodismo en la Universidad Privada del Norte de Trujillo, ciudad en la que reside desde hace 20 años. Ha publicado tres libros de poesía:"Dialogando el extravío" (1986), "El exilio y los comunes" (1987) y "Confesiones de la tribu (1992); uno de cuentos: "Historia del enemigo" (1996), y uno de crónicas, ensayos y entrevistas:"Tan frágil manjar" (2005). En 1985 ganó el VI concurso "El poeta joven del Perú”, y suele enviarnos artículos como el que sigue y compartimos –en toda la extensión de la palabra- con los ávidos lectores de esta página cultural. (Augusto Rubio Acosta)

El periodista no es quien ostenta un título universitario, está inscrito en un colegio profesional o practica una actividad periodística. Es, sobre todo, el que respeta la ética y produce información de calidad.
El periodismo ha sido por años, desde el punto de vista formal, un oficio más que una profesión. La misión de informar a la comunidad se aprendía –y se seguirá aprendiendo todavía por algún tiempo más- mediante la experiencia directa. Ahora, con el aumento de egresados de las facultades de comunicación y escuelas de periodismo, el empirismo empieza a retroceder y el profesionalismo gana cada vez más terreno.
La condición de periodista no se adquiere, ciertamente, por el cumplimiento de las obligaciones jurídicas requeridas para ejercerlo ni por la práctica habitual en alguna área de este campo. Se adquiere –y esto vale tanto para el colaborador, el columnista, el practicante, el director, el editor, el empresario y el trabajador de prensa propiamente dicho- por el respeto a los criterios éticos de la profesión y el compromiso con la calidad de la información que se produce.
Quienes piensan que la sola competencia académica y la “colegiación” constituyen la salida para una actividad devaluada y asociada a la corruptela están, creo, totalmente equivocados. El comportamiento ético en el ejercicio profesional no tiene grados académicos, diplomas que colgar en la pared y tampoco resoluciones que exhibir en una ceremonia oficial. Se es ético por vocación, por práctica, por emoción y hasta por amor.
El periodista empírico o profesional, además de su apego a la verdad y el respeto a sus semejantes, debe enriquecer su mundo interior y dominar la herramienta principal de su trabajo: el lenguaje. Los áulicos de los colegios profesionales de periodistas más que pedir “cartones” deberían solicitar cultura, sensibilidad social, buen gusto, sentido común y lecturas edificantes a sus agremiados. Esta es la mejor manera de adquirir honores y ser fiel a la conciencia individual.
Si hiciéramos estadísticas sobre los grandes y buenos periodistas que proceden de las canteras de la profesionalización y el empirismo, los resultados favorecerían sin duda a los que vienen de la segunda. No digo que para ser un excelente hombre de prensa haya que renunciar a la universidad, únicamente trato de ser realista. Me pregunto cuántos de los diez excelentes periodistas que aparecen en el libro Rajes del oficio de Pedro Salinas tienen título universitario (en periodismo se entiende) o están inscritos en un Colegio. ¿Y cuántos más de los diez que aparecerán en el segundo volumen que anuncia este autor lo tendrán?
Pero no basta con el libro mencionado: la historia del periodismo peruano es pródiga en ejemplos afines. De manera que las baterías deben enfilarse más bien hacia la ética de la profesión y la cultura personal. Por allí va el cambio (responsable). En buena hora que las universidades del país formen periodistas profesionales y que los colegios de periodistas defiendan a sus prosélitos. !Pero no me vengan a decir que la corrupción se frena con un título universitario o con la afiliación automática a un gremio!
Algunas legislaciones se establece detalladamente los requisitos para ejercitar de manera permanente el periodismo. En el Perú, hasta ahora, contamos con un sistema flexible que permite la supervivencia de los empíricos. No faltan, como dije antes, los corifeos que reclaman una excesiva reglamentación legal y una discriminación sistemática a los que son periodistas sin haber seguido estudios universitarios. No hay –no deben haber- barreras infranqueables en la práctica del periodismo. Las únicas que existen, repito, son las que tienen que ver con la ética profesional y la calidad periodística. Y allí no se pueden hacer concesiones.
La pobre realidad ética en que se realiza el periodismo permite, por un lado, que profesionales y empíricos se saquen los ojos, se acusen unos a otros de “mermeleros” y “chantajistas”, se apuñalen con escritos anónimos y vulgares, se arrojen piedras y se den de palos; y, por otro, que la cobertura informativa se base en lo que dice una “cabeza parlante”, que los titulares estén mal escritos, que las notas informativas parezcan escritas por niños que recién van a la escuela, que se proscriba a los grandes géneros, que hacer servicio social sea un acto ridículo y que el analfabetismo digital campee en las salas de redacción. En fin: que un periodista sea cualquier cosa, menos periodista.
Hace casi un siglo que el presidente norteamericano Theodore Roosvelt calificó como muckrakers (algo así como “rastrilladores” de estiércol”) a los periodistas que se dedicaban a investigar el transfondo de la realidad hasta descubrir lo sucio que había debajo. Con el tiempo, este calificativo devino en un elogio que distinguía a los periodistas que honraban la profesión y se enfrentaban al poder político y económico. Como los años son implacables y la profesión está invadida por convidados e intrusos, el término acuñado por Rossvelt está a punto de convertirse en un bumerán y, de paso, devolver a los periodistas a la triste condición de simples muckrakers.

Aquiles Rondán: “Los acuarelistas hemos superado los temas pintorescos

La plástica ancashina tiene actualmente en el huarasino Aquiles Rondan uno de sus principales representantes. Con ocho años de residencia en la capital peruana, una exposición individual en la Sala de Petro Perú y un reciente Premio en el Concurso Nacional de Acuarela de la Municipalidad de Lima, creemos que cuenta con la autoridad suficiente para que nos ponga al tanto sobre el desempeño actual de la acuarela peruana.

Ricardo Ayllón

¿En qué momento se encuentra actualmente la acuarela peruana?
El Perú puede jactarse de tener acuarelistas con un excelente dominio técnico, y los arequipeños son los abanderados. Creo que hemos superado los temas pintorescos y bucólicos. En los concursos recientes se nota cómo se representa de modo general lo cotidiano y lo citadino. La mayoría de artistas vive en las urbes, ya sea de la sierra o de la costa, y está ofreciendo esa mirada particular a su rutina urbana. Los estilos también se han diversificado, hay acuarelistas que son realistas, abstractos, expresionistas, en fin, de todo un poco.
¿Y cómo se ve la acuarela peruana en el exterior?
Está bien vista, sobre todo en el plano comercial. Muchos corredores de arte llegan del extranjero directamente hacia Arequipa y hacen jugosos contratos, algunos pagan por adelantado y se llevan mucho material, pues hay gran aceptación de nuestra acuarela fuera del país. Sin embargo, temáticamente siguen imperando las estampas y contenidos costumbristas.
Entonces aún no podemos escapar de lo pintoresco.
Por el lado comercial, no. Pero si miramos los eventos de arte, por ejemplo una importante bienal internacional que hace un par de años se desarrolló en Chile, notaremos que un artista arequipeño como Juan Manuel Champi, que ocupó el segundo lugar, llegó con un tema netamente urbano, donde se podía apreciar edificios urbanos, parques y personajes de la ciudad. Los nuevos temas peruanos están saliendo del país y son reconocidos por la crítica.
¿Cómo se está conduciendo la crítica con respecto a la acuarela?
Crítica de acuarela, de modo específico, no existe. Lo que hay son críticos que hacen las veces de jurado en los concursos de pintura; algunos suelen tener preferencia por el arte moderno, como el pop art; entonces, si les toca elegir, se orientarán por temas que tengan ese corte. Pero también están los que son muy tradicionalistas, y cuando tienen que escoger, se inclinan por el arte costumbrista. Como ves, la visión de los críticos es variable.
En estos ocho años viviendo en Lima, ¿cómo has percibido el movimiento de los circuitos artísticos?
De lo que me percaté desde el principio, fue que lamentablemente el arte se maneja a nivel de una élite y que es muy difícil trascender con la única arma del talento, como ocurre, supongo, en otras disciplinas, como la literatura o la actuación. Es más fácil abrirse espacios cuando se maneja mejor las relaciones sociales o se tiene un mayor poder adquisitivo. Quienes estudian o egresan de la Universidad Católica o del Instituto Corriente Alterna tendrán siempre mayor espacio en los circuitos artísticos. En cambio, quienes solo dependemos de nuestro talento tenemos que aguardar con calma y aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan, como los concursos o exposiciones colectivas, pues estos son una magnífica vitrina para darse a conocer. Lo curioso es que los concursos los ganan solo aquellos que tienen talento, como los arequipeños, quienes suelen abrirse espacio rápidamente y fortalecer su tradición acuarelística.

Nostalgia de un puerto gris

Ítalo Morales

La irradiación nostálgica en el poemario El vuelo de la mosca (Ornitorrinco editores, 2007) de César Quispe Ramírez (Chimbote, 1977) surge desde el primer poema “Puerto” (no es gratuito que esta palabra aparezca 22 veces en el libro). La referencia inmediata con Chimbote aparece marcada por la construcción de imágenes que actualizan el caos, la pérdida irreparable de la esencia de una ciudad fantasmagórica. Las frases recurrentes son similares a los títulos de los poemas “Puerto sin destino”, “Yo nunca pedí venir a este puerto”. El aliento destructivo que emiten los poemas de este corte, como “Qué importan mis cabellos viejos”, “Cómo no entenderte”, “No tengo flores, no tengo rosas”, es similar a los registros de Juan Ojeda. Es decir, imágenes poéticas que recuperan la esencia de una ciudad derruida por el olvido: metáforas que aparecen como vientos del desierto: “Barren el polvo, la esperanza”, “A las calles nadie las transita; a los barcos solitarios, nadie los navega”, “Alguien se llevó los sueños inconclusos”, “Los corazones parecen vacíos y los ojos llenos de furor y de rabia”.
Ante este marco surge la voz del yo lírico que ansía la destrucción del caos y la vuelta al equilibro metafísico del pasado: la historia virgen, el eterno retorno a la infancia: un ansias furibundo por vaciar la memoria. El poeta entonces aviva una ligera connotación política y blande la palabra guerra (que aparece 23 veces) y con el corazón hinchado de humanidad se muestra rebelde. La perplejidad dialéctica se sumerge desde todos los signos posibles que connoten simbolismos. Dice “Hay una guerra/entre la chalina y mi garganta,/entre el vaso y mis labios,/entre el puerto y las fábricas,/entre mi perro y su soga”.
Otra característica en el libro –sin necesariamente aparecer en el orden lógico como se está mostrando– es el claro sentimiento de evasión que se lee entre líneas. Dice “Quiero correr/pegarme a tu lado,/alistarme en la guerra,/levantar mi palabra” (“De cáñamo y brea”).
El poeta, al sentir la maquinaria de la rutina y la podredumbre que representa ese gato viejo que ronda los techos, caminando sobre escombros, sobre esteras, alimenta la fuerza de una realidad devastada. Aquí hay una recurrencia a la creación de imágenes cuya construcción es homogénea: peine desolado, camisa desteñida, zapato agujereado, sandalia olvidad, cuchara de palo, viejo zapato, etc. La marginalidad se mezcla con la evidencia de algo que no anda bien. Entonces el amor, la búsqueda de algún cielo normando o vikingo, precipita la caída de nuevo a la memoria. La flor asume un rol semiótico al ser oposición entre el caos y la barbarie. La flor y la poesía aparecen como anuncios de nuevos soles y nuevas auroras. En esa búsqueda de la esencia el yo lírico es una especie de filósofo que deambula por las calles sucias del puerto. Estas referencias contextuales –nótese el coloquialismo y la mención a figuras históricas como el Loco Moncada, el chileno Lynch, nombres autobiográficos, etc. – participan de esa poeticidad.
El vuelo de la mosca es la síntesis de una vida contemplativa de la cotidianidad: poemario rasgado por el sentimiento de la tierra y el retorno de las fuentes de la memoria. En su lectura uno hallará que las palabras han sido expuestas al viento y la brisa de un puerto quebrado.

viernes, 15 de febrero de 2008

¡ Proyecto Quipu !

MAREA CULTURAL se une con entusiasmo a la iniciativa de Gustavo Faverón para apoyar la publicación de autores peruanos menores de 30 años.

Lanzamiento de "Quipu"

La nueva etapa del Proyecto Quipu va tomando forma: quienes quieran participar (las bases son las mismas de siempre y las publico al final de este post) sólo tienen que enviar sus poemas o cuentos a mi dirección de correo electrónico ( gfaveron@gmail.com ). Cada catorce días, el texto que haya sido seleccionado como el mejor o el más interesante de los recibidos esa quincena será publicado en diversos medios.Esos medios incluyen hasta ahora veintidós blogs, un diario de circulación nacional y un programa de radio bilingüe emitido desde Alemania. Los blogs que ya han aceptado o se han ofrecido a colaborar en la publicación (y cuyo número seguirá creciendo) son los siguientes:

Kolumna Okupa, de Rocío Silva Santisteban

Moleskine Literario, de Iván Thays

Libros, de Javier Ágreda

Lado B, de Juan Carlos Bondy

Haltestelle Iberoamerika, de Ute Petsch, Maja Schweiger et al.

Literatambo, de José Carlos Contreras

Gran Combo Club, de Silvio Rendón, Daniel Salas et al.

El Lápiz y el Martillo, de Javier Garvich

Letra Capital, de Carlos Sotomayor

La Peña Lingüística, de Miguel Rodríguez Mondoñedo

José Antonio Galloso, de José Antonio Galloso

Notas Canarias, de Fernando Velásquez

Amores Bizarros, de Max Palacios

La Fortaleza de la Soledad, de Gabriel Ruiz Ortega

Tanque de Casma, de Ernesto Carlín

Letras Lesivas, de Luis Ángel Pardo

Borrones y Otros, de Vanessa Soldevilla

Club de Artes y Letras, de Laura García

Mundo de Teatro, de Carlos Vargas Salgado

Enfrentados, de Jorge Malpartida Tabuchi

Puente Aéreo, de Gustavo Faverón

Quipu, de Gustavo Faverón

El diario de circulación nacional es El Peruano, a través de su suplemento Variedades. El programa de radio es Haltestelle Iberoamerika (Paradero Iberoamérica), que, según nos cuenta uno de sus productores: "se transmite por Querfunk a tavés de UKW, FM, Cable en los estados de Baden Wurtemberg y Renania Palatinado y para todo el mundo por internet en http://www.querfunk.de/ En el programa, el texto seleccionado sería leído en español y en traducción al alemán.

Bases para la participación:

Podrán enviar sus textos (cuentos o poemas) a Quipu todos aquellos escritores peruanos que cumplan con al menos UNO de los siguientes requisitos (no necesariamente con los tres; basta con cumplir uno):

1. Ser menor de 30 años.

2. No haber publicado más de dos libros (se preferirá a los autores inéditos).

3. No haber publicado nunca en una editorial limeña.

Repito: basta con cumplir con UNA de las tres condiciones anteriores. Y pueden enviar sus cuentos al siguiente correo electrónico: gfaveron@gmail.com

Las bases no especifican que el autor deba ser del interior del país. Es sabido, sin embargo, que una de las intenciones centrales de Quipu es la difusión de la literatura escrita en provincias. Por ello se anima especialmente a los jóvenes escritores no limeños a participar, pero no se discriminará a los de la capital.

La decisión de cuáles de los cuentos recibidos serán publicados en Quipu será tomada por un grupo de evaluadores, de preferencia elegidos entre los administradores de los blogs participantes.

Los poetas son aves raras y necesarias

Nicolás Hidrogo Navarro

Qué duda cabe que la condición de poeta está asociada a la discolidad, al inconformismo, a la propia demencia del tiempo y las circunstancias emocionales y sociales de la historia. Qué duda cabe que hay una enorme diferencia entre poeta y versificador, entre mal poeta marketero y poeta natural y solitario. Qué duda cabe que entre la literatura haya pequeñas diferencias entre el onirismo y la locura. Qué duda cabe que un poeta es más interesante por lo que su poesía pueda decir que su lengua pueda autobombearse. Qué duda cabe que hay poetas auténticos sin libros y “poetas” fabricados con autopublicaciones irrelevantes para el lector. Qué duda cabe que los poetas en el Perú pasan desapercibidos mientras vivos. Qué duda cabe que a los poetas hay que amarrarlos en el ático de sus propios versos hasta verlos delirar y arrancarles un ramillete de versos. Qué duda cabe que ser poeta en el Perú es una extraña pesadilla cuando a la hora de publicar y vender tus textos por primera vez todos le cierran la puerta. Qué duda cabe que un poeta es más interesante cuando no se pega a la oficialidad para ser su chambelán y camina por la trocha más espinosa de la existencia. Qué duda cabe que los poetas caben en dos grandes bloques: los egomaniacos lacrimosos que cantan sus cuitas o exponen las vísceras de su emociones y aquellos poderosos albatros que se remontan hacia la poesía total y cantan con la trompeta poìética la vida silente, triste y marginal de todos, universalmente de los demás. Los poetas más indispensables para la humanidad son aquellos que vaticinan el futuro recogiendo sus pasos día a día sin claudicar jamás con la emoción de los demás, aun martirizando la suya propia.

Tulio Mora: "Hemos hecho una poesía que expresa al país"

Hora Zero, treinta años después

Ricardo Delgado Rossi

Conspicuo integrante del movimiento Hora Zero, Tulio Mora (Huancayo, 1948) ha publicado los poemarios Mitología, Oración frente a un plato de col, Cementerio General y País interior, libros todos ellos que nos muestran a un poeta maduro, poseedor de un lenguaje propio. Antologado y reconocido dentro y fuera del país, ha obtenido diversos premios. Comercio & Producción quiso entrevistarlo para hablar no sólo de su importante obra sino de estos 30 años de Hora Zero (HZ), he aquí sus opiniones.
¿Qué balance harías de Hora Zero, en estos 30 años?
Creo que eso va en correspondencia con lo que ha sucedido histórica y socialmente en el país. HZ se ha instalado en una crisis y es el resultado poético de esa crisis. Esta crisis hay que entenderla como la crisis de la identidad que a fin de siglo se está resolviendo.
Son los años de la migración a Lima, de la recomposición étnica del país, de la "cholificación" como se le ha llamado.
HZ se instala en ese proceso, que tiene además otros componentes como la violencia, la recomposición política, la descomposición de clases. Es el testimonio de todo eso y su percepción de toda esta situación está en su primer manifiesto "Palabras Urgentes", donde se decía que habíamos heredado una catástrofe y debíamos poetizarla. Creo que hemos recogido esa catástrofe y hemos hecho una poesía nueva, una poesía que se reconoce en el país, en un escenario, en una forma de hablar. Algo que de alguna manera sólo Vallejo lo había percibido genialmente y después se había silenciado esa opción poética.
Cuando HZ retoma eso, reposiciona a la poesía en ese lugar. La poesía es un habla, es una forma de ser. 30 años después si hay alguna vigencia de HZ es precisamente por eso, porque la poesía de algún modo cambió de rostro, el Perú era inmigrante, el Perú era mestizo, era cholo y tenía una forma de hablar. A ello habría que agregarle la renovación que hace HZ en provincias, que se había quedado aletargada en la poesía indigenista, surrealista. De pronto HZ subvierte eso: Las provincias hablan por primera vez en el país y eso es un orgullo nuestro. Se hace por primera vez un movimiento poético que tiene una dimensión nacional.
¿El poema integral?
El Poema Integral es justamente lo que diferencia a la poesía de HZ. El concepto aparece en el colofón del libro de Juan Ramírez Ruiz: Un par de vueltas por la realidad. Entendemos por Poema Integral la fractura del sujeto lírico, es decir del yo, que es el protagonista del poema. Decimos no, hay que romper el yo. Pasar de la poesía lírica a la poesía dramática y de allí a la poesía épica. Esta conjunción de sujetos poéticos en el discurso es lo que hace la diferencia. Pero además hay una diferencia formal. Que es el incorporar el discurso narrativo, teatral, audiovisual, periodístico, ensayístico, en un solo texto. Eso era el Poema Integral.
Nosotros nos encontramos en la calle con los migrantes y teníamos que recoger esas nuevas identidades. El Perú integral tiene que ser la conjunción salomónica de todas las partes que componen nuestro país. Creo que es tan importante HZ, que si no hubiera existido, hubiera salido otro grupo a recoger todas esas características que iba adquiriendo nuestro país. Era inevitable.
¿Qué los identificaría a ustedes, dada la amplia libertad que tuvieron en su momento para hacer poesía?
Esa fue una suerte, el Surrealismo sí tuvo una forma de hacer poesía, HZ no la tuvo. Lo que tuvo fue más bien una poética, que fue la poética integral, pero cada uno la desarrolló dentro de su propio estilo. Yo creo que eso de cuestionar la poesía peruana fue también un reto. Fue difícil porque las críticas fueron duras y yo siento que la gente se obligó a dar lo mejor de sí. Había que mostrar algo, una obra que nos respalde, de lo contrario no teníamos ninguna autoridad. Eso hizo que la gente se entregara y creo que se producen libros memorables, como Tromba de agosto, de Jorge Pimentel; Inscripciones en un campo de retamas, de Ricardo Oré; En los extramuros del mundo, de Enrique Verástegui; Noches de Adrenalina de Carmen Ollé.
Sin embargo, ¿ese anular el yo lírico, no fue tal vez una forma de cercenar su propia experiencia individual?, hay quienes ven en "País interior" un modo de liberar lo personal, ¿crees que esto es así?
La poesía es muy variada. Es posible que en esa fractura se produjesen excesos, pero cuando tú has reconcentrado nuevamente la palabra te das cuenta que puede haber un espacio para el yo lírico, el yo épico y el yo dramático, ¿no es cierto? El éxito inicial de Enrique Verástegui en su libro En los extramuros del mundo, se debe precisamente a que él sí encontró el equilibrio. Eso obedece al proceso evolutivo de cada uno. Yo estaba más preocupado en buscar esa plasmación de lo integral, creo que en Cementerio General lo conseguí, y ya País Interior fue más bien otra mirada. No fue pues un impedimento. Lo que sucede es que hubo siempre una omnipresencia del sujeto en la poesía peruana, del poeta como protagonista del poema, había que devolverle también al lector la posibilidad de estar dentro, como protagonista.
En la creación de un libro como "Cementerio General", ¿qué influencias reconoces?
A partir de la propuesta de lo integral, desde los años 70 lo venía pensando, pero no sabía cómo expresarlo. Tenía el temor de que este lenguaje que habíamos encontrado, se agotara en temas urbanos, cotidianos. Había leído Mausoleo de Enzensberger y Spoon River Anthology, de Lee Master, los había estudiado detenidamente y me dije: aquí el asunto es hablar por personas, porque lo más maltratado en este país es el individuo. A esas lecturas también podría agregar Baladas Peruanas, de Manuel González Prada.
No obstante noto una diferencia básica con relación al libro de Hans Magnus Enzensberger, y es que Cementerio General deselitiza el lenguaje, lo desinstitucionaliza por decirlo de algún modo, ¿es así?
Claro, Enzensberger va hasta los inicios del capitalismo, habla de Gutemberg y todos los personajes que aportaron algo. Y es un libro muy bueno, un libro muy sólido, pero yo no iba por ese lado. A mí me motivaba ese elemento propio de un movimiento como HZ. Buscar actores menos ostentosos, incluso me puse como condición no poner presidentes ni héroes, porque al fin y al cabo esa es la historia oficial. Podían ser buenos o malos, la idea era que estuvieran representados casi todos: músicos, cocineros, etc. Para eso me ayudó el poema integral, para incorporar crónicas, fragmentos de cartas, citas de libros, y construir ese universo.

Honoris Causa para Oswaldo

Autor de “El goce de la piel” recie hoy reconocimiento por su labor literaria y pedagógica de parte de la Universidad La Cantuta.

La Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, distingue hoy viernes la labor del reconocido escritor peruano Oswaldo Reynoso. La citada casa de estudios le otorgará en ceremonia especial el doctorado Honoris Causa en reconocimiento a más de cinco décadas de labor pedagógica y literaria.
La ceremonia tendrá lugar en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Plaza Bolívar, Pueblo Libre). El discurso estará a cargo del poeta Raúl Jurado Párraga, profesor de esa casa de estudios y ex alumno del escritor.
Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931) se graduó como profesor en Lengua y Literatura por la Universidad Enrique Guzmán y Valle y ha ejercido la docencia desde muy joven. Entre sus obras puede contarse el poemario Luzbel (1955), pero es conocido por sus obras enmarcadas en la corriente del realismo urbano, entre ellas Los inocentes, En octubre no hay milagros; En busca de Aladino y El goce de la piel. Recientemente estuvo en nuestra ciudad presentando el libro marginal de relatos eróticos de Chimbote “La santa cede”.

miércoles, 13 de febrero de 2008

La santa cede: Tres al hilo

El libro marginal de Chimbote, se presentó ante más de 400 personas en auditorio de la UPSP y al día siguiente en gran performance en el prostíbulo de Tres Cabezas

Augusto Rubio Acosta

Tres al hilo: Bar Chissita, auditorio UPSP y prostíbulo de Tres Cabezas. El libro marginal de Chimbote se presentó la semana pasada en el puerto rompiendo los esquemas del trabajo cultural realizado a través de todos los tiempos en la ciudad y el país. A continuación, la breve crónica de la movida escena literaria desarrollada estos días:

Las seis de la tarde bajo las poncianas del amplio patio en el lenocinio de Tres Cabezas y la docena de estudiantes de la Universidad Nacional del Santa se muestran nerviosos: inquietos unos (las manos en los bolsillos), temerosas otras (cubriéndose el rostro). Los medios de comunicación escrita, hablada y televisada de la ciudad, del país, y hasta una cadena norteamericana de noticias, han llegado puntuales. Son las seis y los sesenta chimbotanos citados anticipadamente en la Plaza de Armas han llegado en combis, station wagon y violaticos hasta este espacio para confundirse con parroquianos, meretrices, poetas, profesores y choferes de la línea de transportes al prostíbulo, y presentar el libro que ha motivado este auténtico desborde popular.
EN REPRESENTACIÓN DE “LA CASA”
A diez minutos de Chimbote, se inicia la primera e insólita presentación de una obra literaria en un burdel peruano. Desde la mesa de honor, la administradora del lenocinio da la bienvenida a la legión de escritores que se han dado cita junto a la masa, agradece encarecidamente la presencia del mundo cultural portuario y anuncia otorgará las facilidades del caso para el funcionamiento en su local de la Biblioteca Popular “Los Inocentes” (bautizada así en homenaje al emblemático libro de cuentos de Oswaldo Reynoso), así como para la instalación del busto a José María Arguedas en el vestíbulo del recinto.
“Gracias por venir, señor Reynoso, señores Rubio Acosta y Guzmán Aranda; los escritores son bienvenidos a esta casa. Agradecemos también a ustedes por la donación de libros que nos han hecho, gracias por escribir un libro como La santa cede, pronto tendremos listo todo para la biblioteca y volveremos a reunirnos como hoy en otro evento para inaugurar el busto…”. La administradora de Tres Cabezas se ha dirigido al auditorio que –enfervorecido- atina a aplaudir.
HABLA OSWALDO
El turno en el micrófono es ahora de Oswaldo Reynoso y de Jaime Guzmán. El primero se refiere a la calidad narrativa de los cuentos, relatos, crónicas y testimonios de los cuales está compuesto el libro:
“Todo el mundo en el país ya está enterado desde hace tiempo que en Chimbote se vive una verdadera fiebre por la literatura. Lo de anoche en el auditorio de la Universidad San Pedro, con más de cuatrocientas personas abarrotando el local no es ninguna novedad. Yo he venido muchas veces a este puerto, aquí la gente acostumbra llenar los espacios y no sólo son estudiantes obligados a asistir bajo amenaza por sus profesores de literatura. ¡No! En Chimbote -y una fiel demostración de esto es la asistencia de hoy en este lugar de esparcimiento- los lectores llegan por su propia cuenta. Yo me regocijo de que Jaime y Augusto hayan editado este bello y delicioso libro con el que estoy seguro saldrán como nunca antes de gira para presentarlo por todo el Perú…”
EL TURNO ES DE JAGUAR
Los aplausos se repiten y se encienden las primeras luces al interior de Tres Cabezas. Está anocheciendo y los parroquianos empiezan a inquietarse aún más. Jaime se dirige a todos remitiéndose a la forma en qué fue concebido el libro, a la manera cómo se fue gestando y cómo llegó al día del parto sin ningún inconveniente. Entonces, mientras nuestro amigo se refería también al maestro de todos, mientras José María Arguedas parecía estar presente con nosotros en el espacio que él tanto respetó y donde forjó su póstuma novela “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, mientras luego el suscrito agradecía a los presentes por su presencia y se hacían diversos anuncios de carácter descentralizador y cultural, sucedió un hecho sin precedentes: las trabajadoras sexuales de Tres Cabezas empezaron a adquirir “La santa cede” por iniciativa propia, solicitando el autógrafo de los autores y de Reynoso incluido.

DEMONIOS SUELTOS
La presentación en Tres Cabezas, lejos del anecdotario y el hecho irreverente que significó la presencia de escritores, lectores, periodistas y público diverso en ese espacio marginal de la ciudad para la presentación del volumen de narrativa erótica de Chimbote, sirvió también para romper esquemas, desatar ataduras y para que algunos de los autores presentes en el libro y no pocos lectores liberasen sus demonios y se quedaran a disfrutar ampliamente de la noche en el nuevo centro de recreación que muchos pisaban por vez primera. ¿El resto? El resto regresaron a la ciudad y al nuevo centro cultural del puerto en que se ha convertido últimamente el Bar Chissita, legendario bebedero del jirón Espinar donde anclan a menudo poetas y narradores que han decidido aperturar un ciclo de recitales de poesía y lectura de cuentos en las próximas semanas.
“YA FUERON”
Redacto esta crónica breve que mañana se tornará amarillenta (y servirá seguro para envolver el pescado que despacha la gente menesterosa en El Progre) y que hoy sale a la luz en esta página editorial de La Industria de Chimbote, mientras suena el teléfono y se agregan al messenger los que no fueron, los que dudaron, los que no confiaron en La santa cede y terminaron lamentándose. Para otra vez será, amigos, para otra vez será (debería decirles nunca) porque algo como esto que relato –Jaime y yo lo sabemos- nunca, nunca volverá a repetirse.
TODO EMPEZÓ EN EL CHISSITA
La movida semana que antecedió al lanzamiento de “La santa cede” se inició en el legendario Bar Chissita, del jirón Espinar. ¿La razón? La conferencia de prensa sobra la presentación del libro en un lugar aparentemente inusual para el quehacer cultural. Todos los medios de comunicación de Chimbote estuvieron presentes y se absolvieron toda la clase de dudas respecto al libro.
La invitación formal y de cartón colorido y corrugado empezó a recorrer las calles en manos de Jaime y el suscrito quienes repartimos las seiscientas invitaciones a cada uno de los invitados. Una ardua pero necesaria tarea.
EN EL AUDITORIO SI HAY MILAGROS
Más de cuatrocientas personas –entre profesores, estudiantes, profesionales, amas de casa, escritores, poetas y comerciantes- colmaron el recinto universitario de la UPSP el viernes 8 de febrero. La música de Memoramdum y de Daniel Cortez, de los Rumbaney´s, hicieron las delicias del público, mientras el discurso y la reflexión a la hora de presentar el libro tuvo en el narrador Oswaldo Reynoso y la poeta e directiva de la Cámara Peruana del Libro, Doris Moromisato, los interlocutores precisos.
La noche del viernes se batieron todos los récords de ventas en presentaciones de libros en Chimbote. Los editores se cansaron de autografiar ejemplares e hicieron extensiva la invitación a la masa a proseguir la bohemia cultural en algún lugar de la ciudad. “Mañana sábado 9 de febrero tenemos una cita con la historia. La concentración será en la Plaza de Armas a las 5 de la tarde. ¿Qué más? …¿Cómo que qué más si el resto lo saben todos y lo comenta el pueblo en las calles?... La insólita presentación en Tres Cabezas se inició a la hora pactada, pero eso ya es historia conocida; si hasta alguien publicó una crónica en Chimbote estos días que han pasado que empezaba (creo), así:
“Las seis de la tarde bajo las poncianas del amplio patio en el lenocinio de Tres Cabezas y la docena de estudiantes …”

lunes, 11 de febrero de 2008

Presentan libro en prostíbulo de Chimbote

“La santa cede”, libro de narrativa erótica se presentó en el lenocinio del puerto en olor a multitud

Augusto Rubio Acosta

Lo que voy a contar –estoy seguro- no le ha sucedido a escritor alguno; ni de Chimbote ni del Perú. Y aunque lo que afirmo pueda sonar o percibirse presumido, arriesgo estas líneas convencido de que la literatura es el mejor camino para romper esquemas en una sociedad hipócrita como la nuestra.
La semana que pasó entró en circulación en Chimbote “La santa cede”, el libro de narrativa erótica que editamos al alimón con Jaime Guzmán, y donde quince narradores del puerto sueltan sus demonios permitiéndose no pocas libertades en el plano del erotismo, pero con un profundo respeto por la palabra escrita. El lanzamiento de la edición del volumen en cuestión tuvo como prolegómeno la concurridísima conferencia de prensa en el legendario Bar Chissita (llevada a cabo el martes 5 de febrero) y como hechos centrales la presentación del libro el viernes 8 de febrero ante un atiborrado auditorio de la Universidad Privada San Pedro, con más de cuatrocientas personas y la presencia estelar de Oswaldo Reynoso y Doris Moromisato.
Como colofón de toda esta movida escena literaria en la ciudad de la pesca, la literatura y el acero, una concurrida segunda presentación de “La santa cede” en el prostíbulo de Tres cabezas (realizada el sábado pasado) y el anuncio de la próxima inauguración de la Biblioteca Popular “Los inocentes”, así como el develamiento del busto de José María Arguedas en el mencionado lenocinio, motivaron la inusual presencia de la prensa local, nacional e internacional. En efecto, diarios locales (Diario de Chimbote, La Industria y Correo), medios escritos y televisivos de Lima y del interior como La Primera y La Industria de Trujillo, Frecuencia Latina, Panamericana TV y cadenas internacionales de noticias como Telemundo (además de todos los canales de televisión local), dieron a lo largo de la semana una amplia cobertura a este evento que promete repetirse en los próximos meses en la capital y a lo largo del país.

Había pensado redactar una larga crónica. Me limito a dejar constancia –por ahora- de algunas fotografías del evento y sus respectivas leyendas.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Conferencia de prensa de La santa cede

Este viernes es el gran evento cultural en Chimbote
Realizada ayer martes 5 de febrero en el legendario Bar Chissita, la conferencia de prensa de La santa cede dio detalles del próximo lanzamiento de este volumen de narrativa eròtica a llevarse a cabo por partida doble: este viernes 8 de febrero en el auditorio de la Universidad Privada San Pedro, y al dìa siguiente (sàbado 9) en el prostìbulo de Tres Cabezas. Hablan las imágenes.